Todos
los Estados del mundo están en la obligación de garantizar el derecho a la vida
de sus ciudadanos, como apoyo a este derecho fundamental se encuentra el derecho a la salud. El Estado
Colombiano es quien financia, en gran parte, el sistema actual de Salud en
nuestro país, cubriendo con los gastos de los hospitales, sus trabajadores y
pacientes; pero este sistema falla por diversas razones. Desde malas administraciones,
hasta carteles que desfalcan al fisco nacional, pero entre estos también esta
el gran costo que genera cubrir la salud de gran parte de la población,
especialmente de los mas vulnerados, costos que podrían ser evitados.
La
obesidad, desnutrición, la adicción a la comida, son factores que provocan una
gran lista de enfermedades y complicaciones a la salud, muchos de los costos
generados por ellas, deben ser pagados
del bolsillo de todos los colombianos por medio de nuestros impuestos. ¿Qué si
la salud es un deber del estado? Sí, ¿qué muchas de estas pueden ser evitadas?
También; por lo que el Estado y la misma sociedad debería invertir mas en
formas de garantizar una correcta, balanceada y saludable alimentación, para
así evitar gastar grandes sumas de dinero en costear las enfermedades derivadas
de una mala nutrición.
La
actual Constitución política, los artículos 44 y 49 expresa la salud como un hecho
inherente a los colombianos. Estos son apoyados con otras leyes presentes en la
carta magna, como por ejemplo la Ley
Estatutaria, la cual ordena la prestación del servicio de la salud a todos los
colombianos en condiciones de equidad, oportunidad y calidad, y que el Estado
garantice su financiación sin las limitaciones impuestas por la sostenibilidad
fiscal, sumado a los múltiples instrumentos jurídicos internacionales. Pero
primero debemos entender como funcionan el sistema de la salud en nuestro país.
Existen
dos regímenes: el subsidiado y el contributivo. En el subsidiado, en este es responsabilidad
de los entes territoriales (municipios, departamentos) cumplir una obligaciones
especificas para la afiliación de la población de este régimen, personas Sisben
1,2 o 3, los recursos que financia este régimen viene de los recursos de la
nación y del FOSYGA; el usuario paga un copago, dependiendo de los servicios o
tratamientos prestados. Por otro lado, el régimen contributivo, donde están afiliados
las personas con una vinculación laboral, osea con capacidad de pago como los trabajadores
formales e independientes, este régimen se financia de las
contribuciones hechas por sus usuarios (varian según sus salarios mensuales) y
los copagos dependen del monto del salario devengado.
Uno
de los factores que contribuyen a los malos hábitos alimenticios son la
desinformación. La publicidad puede ser engañosa y mostrar a la comida con poco
valor nutricional y alto contenido graso, como bueno y delicioso, como ocurre
con los niños, quienes dicen que la comida mostrada en los comerciales (de
gaseosa, hamburguesas, dulces, entre otros) se ve deliciosa y quisieran probarla,
a pesar de su poco contenido nutricional, este factor puede ser causado a que
un 81% de los niños comen mientras ven televisión.[1]
Por
ley, los encargados de hacer promoción y prevención en la salud son las EPS. La
ley No 1438, por medio de la cual se reforma el sistema general de seguridad
social en salud y se dictan otras disposiciones, en su articulo 11, dicta la
contratación de las acciones de salud pública y promoción y prevención. Pero
son pocas las acciones preventivas que ejercen las entidades promotoras de
salud. Convirtiéndose simplemente en distribución de afiches en los hospitales,
cuando se es necesario una concientización colectiva sobre los estilos de vida
saludables. Las EPS, deben enfocarse mas en este deber suyo, ya que los
pacientes acuden al médico cuando están muy graves y los costos de su atención
son más altos.
Pero
por mas leyes que se creen, no valen nada estando plasmadas en el papel. Para
el cumplimiento de estas, es necesaria la creación de proyectos que lleguen a
las familias y escuelas. Pero es grave que unos algunos entes encargados de
promover la salud, se opongan a la realización de estos. Como lo vimos en el
2008, cuando la cámara de representantes debatía sobre el proyecto de la ley
267, donde se estipulaba que a traves de los entes gubernamentales, los
ministerios, coldeportes, el ICBF y el departamento nacional de
planeación, promoverían políticas de
seguridad alimentaria y nutricional, a la vez de la actividad física y el
deporte, todo esto de la mano de la comunicación, información y educación. Todo el congreso estaba a
favor de este proyecto; pero la asociación Nacional de Industriales (Andi), se
opuso, argumentando que ya existían todas las normas suficientes para la
promoción de hábitos saludables, que la supuesta falta de claridad de este
proyecto podría afectar la libre iniciativa privada y la libertas de elección.
En
el lado económico, podemos analizar los costos que acarrean el tratamiento de
enfermedades derivadas de la mala nutrición. Una pronta atención o los posibles obesos, puede ser una solución
a la problemática. Según Ángela Angarita, vicepresidente de la Asociación
Colombiana de Nutrición Clínica, expreso a un diario web su punto de vista
sobre la necesidad de la prevención : “las empresas de salud deben ser
conscientes de que autorizar los procedimientos para tratar el sobrepeso, les
va a disminuir costos posteriores, porque van a prevenir otras patologías” Las
palabras de la ministra pueden ser reflejadas en el costo que tuvo una de las
enfermedades mas comunes por la obesidad, la diabetes tipo 2. Tan solo en 2013,
la diabetes generó un gasto que superó los 548 mil millones de dólares, un 11%
del presupuesto en salud del planeta. [2] Lo
que ocurre a nivel mundial, es similar a lo que pasa actualmente en nuestro
país. En 2012 la nación gastó 192 mas de mil millones de pesos en la atención
de enfermedades endocrinas, metabólicas y la diabetes. Según este mismo informe
entregado por el ministerio de salud, la variación del 2005 a 2012 fue de un
755% , y la tendencia es a crecer. Por lo que se puede evidenciar un aumento en
la población afectadas por estas enfermedades.
Otro
factor sumado a la mala nutrición, es la falta de actividad física y una vida
sedentaria. En 2016 se estimo que la falta de ejercicio cuesta al mundo 67.500
millones de dólares, según la revista The lancet. Ya que una vida sedentaria
conlleva a enfermedades como las
enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
Por
todos estos factores, se hace necesario que las entidades, tanto privadas como
publicas, inviertan en la promoción y prevención de la salud apoyándose en la
constitución y las leyes existentes. No solo por los costos que podrían ser
evitados con una correcta concientización de los modos de vida saludable,
también para que las personas gocen de salud y tengan una vida digna.
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